lunes, 20 de julio de 2009




En un tiempo no tal lejano si es que hacemos un flashback... Un joven caminaba bajo la oscura ciudad una noche de otoño fría, pero vaya que fría… intentado encontrar algo que buscaba hace no un tiempo tan lejano
Las avenidas cruzadas y penumbrosas eran pisadas por el muchacho que seguía su rumbo para poder hallar luz y mas luz, se encontraba empecinado en fotografiar la esplendida silueta y el rostro fresco de una jovencita, pero como era de sospecharse este muchacho desconocía total identidad de la mujer.
Mientas caminaba con el viento arenoso y seco se topo con lo que estaba buscando hacia un tiempo no tan lejano; se trataba de un comercio clandestino en cual se traficaban órganos y las ofertas eran las siguientes: vendían ASAS, diafragmas, velocidades, filtros y entre otros accesorios , pero este centro clandestino era un plan canje pues el muchachito consiguió 100 ASAS por la extracción de su riñón izquierdo, un intestino delgado por un diafragma de 1.2, el joven acepto, pero esto no le bastaba para fotografiar la silueta y el rostro de la muchacha con identidad desconocida, el joven se acerco y hablo con el encargado de el negocio y llegaron a un acuerdo, el joven tenía que entregar su alma y su trasero para que este le concediera la velocidad bulbo que tanto anhelaba para la perfecta fotografía, lo dudo pero lo hizo y lo obtuvo.
El muchacho saliendo del centro clandestino feliz, feliz con sus 100 ASAS su velocidad de bulbo y su diafragma 1.2, se dirige a encontrar a esta muchacha de la cual como hemos dicho su identidad era desconocida. El joven se dirigía a la calle Calima, entre punto fuerte superior derecho al 5.6, le llegaron comentarios que esta calle era popular por ser, cautiva, amarga, sombría a la cual acudían muchachitas de mentes luminosas e interesantes para brindar la venta de servicios sexuales para la retribución no de dinero, sino de rayos ultravioletas de ondas largas.
Camino y se encontró en la calle calima entre punto fuerte superior derecho al 5.6 levanto la mirada y vio a la jovencita en contraluz vestía un toldo rojizo y exuberante, en ese momento el muchacho al verla se puso colorado de cachetes y con vergüenza, corrió a los pastizales de la esquina y en seguida se metió ya con este método nadie lo veía. El joven levanto cabeza y saco su cámara, su teleobjetivo y lo introdujo, puso en foco a la muchacha y en seguida gatillo, sus manos transpiraban. Se quedo totalmente quieto y utilizo una exposición de 7 segundos ya que se trataba de un lugar verdaderamente oscuro. El joven logro su objetivo y se fue contento y ansioso a su hogar.
El muchacho despertó al otro día en su cama con una sensación muy extraña ya que a él, le faltaban partes de su cuerpo, se levantó, fue al baño, se lavo la cara y ansioso sonreía al espejo.
Se dirigió hacia la cocina se hizo un café, se sentó en su sillón y mientras lo tomaba el café, pensaba que tal iba a salir la fotografía que tanto había costado sacarla. Termino en café y con cautela se dirigió a su pequeño y humilde laboratorio para hacer el revelado.
Cuando finalmente se cumplió todo el proceso las pudo ver, pues el joven se encontró con nada, impactado por tan dolorosa respuesta no entendía cuales eran los motivos de porque no salió la fotografía.
Pues el joven ya no tenía alma.

2 comentarios:

Joshe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Joshe dijo...

Es que no es tan importante el uso de nuestro diafragmas o a la velocidad que el viento nos lleve, sino solamente saber elegir la luz adecuada que albergamos dentro nuestro para poder al fin derrotar la gran frustración de nuestro animal. Congelar los tiempos conservando en nuestro ser el alma intacta.