El agua esta llena de estrellas, La inmensidad está en nuestras manos, Arriba del barco vemos que nos aproximamos a la luna.
Se desclava el ancla de la superficie, para seguir navegando.
La isla está cada vez más próxima, y esperamos con ansias masticando coca.
Una botella pasa espontanea, suave flotando en la isla y el sol aberrante le pega fuertemente en una de sus caras.
Se siente que esta barca se mueve de un horizonte a otro, sin cortedad, sin términos.
El amor esta aquí presente, alado de nosotros firme y saludable.
Todos los rayos se enfrentan con el agua y luego se unen entre ellos, son concurrentes. Miramos, valoramos y nuestros pies están cada vez más cerca de la luna y esperamos que todas las islas sean una.
El agua, y el ruido del motor son inevitables escuchar, uno natural y otro artificial, se unen, y coinciden en que armaran una banda musical, se completan para llegar a la perfecta armonía
La unión del mar hace a la unión de las almas en este ambiente dotado de hermosura, perfecto, pulcro, virgen. Nos movemos al ritmo de las olas que desde abajo nos dan su dúctil caricia.
El espacio es inmenso, tibio y acogedor como el sol, como tu perfume que se aproxima hacia a mi sutilmente y es tan cálido que atrapa a todo el mar.
Las partículas se unen en formas, se desprenden y siguen jugando con la forma del lago.
Este acepta a todo cuerpo, las nubes reflejan sobre él, y las burbujas también participan en una orilla.
Nadie quiere quedarse afuera de la inmensidad de la isla